Me gusta la idea de cubrir patios y campos vallados con toldos rojos. Me los imagino en verano, inflándose con el viento.
Seguiré un tiempo, me temo, con los cercados y las piscinas vigiladas por una torreta techada de rojo.
También me imagino compartimentos estancos, pabellones al aire libre, estabulados.
Y por fin, casas. Sin tejado, derruídas, dejando ver el papel de la pared.
He olvidado la pagoda.
Y las urbanizaciones con piscina y jardín, prohibido el paso.